La represión policial ejercida contra los marchistas indígenas de Tierras Bajas generó indignación en representantes de organizaciones como Naciones Unidas y Defensoría del Pueblo, por la violencia que se utilizó no sólo contra varones sino frente a mujeres y niños la tarde de este domingo. El defensor del Pueblo, Rolando Villena, consideró que en este caso no hubo voluntad política para el diálogo, no obstante los esfuerzos del Canciller, además no entiende la posición de quienes autorizaron el uso excesivo de la fuerza para llegar a estos extremos.

Añadió que el tema es complicado pues los derechos de las personas fueron vulnerados, por tanto pedirá al Gobierno argumente los móviles y razones que tuvo para ordenar y justificar la represión. Mencionó que la represión ejercida fue contra niños y mujeres, en acciones violentas, siendo sorprendidos en una emboscada de la Policía que dirigió la aprehensión de dirigentes. El Defensor del Pueblo hizo un llamado para que cesen las acciones de violencia. “Se debe mantener la calma para evitar que la violencia cobre víctimas, por tanto, el camino es la construcción del diálogo”, dijo. DIÁLOGO La coordinadora Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Bolivia, Yoriko Yasukawa, deploró profundamente estos hechos de violencia porque todo este tiempo se pidió que el conflicto sea resulto pacíficamente a través del diálogo. “Está muy confusa la situación y tratamos de precisar lo ocurrido y saber por qué, pero lo evidente es que hubo mucha violencia. Lo primero que pedimos es que paren la violencia inmediatamente y recordar a las autoridades que tienen la responsabilidad, primero de respetar los derechos de las personas y los indígenas marchistas”, declaró. Añadió que en este caso debe respetarse la ley y el debido proceso y que las acciones se manejen sin violencia.