Noticias

“Jalaban de mi pelo y el gas no me dejó respirar”


2011-09-28
Página Siete

“He sentido que no había más vida para seguir soportando tanto maltrato, torturándonos con tanto gas lacrimógeno que hacía imposible poder respirar.

Efectivamente, los policías buscaban a los dirigentes, a los que estaban encabezando la marcha. Los policías no me reconocieron, que soy una dirigente más de la Central de Pueblos Étnicos. Entre ellos, escuché a uno de los policías que decía ‘ella es la dirigente’ y otro le decía que no, entonces me preguntaron y para yo responder me jalaron del pelo hacia atrás para que yo mire hacia arriba. Yo no podía responder nada, porque no se podía respirar, los gases eran bastante picantes. Me sentía inútil, mis manos estaban ya amarradas, mis pies, no podía más hablar y seguir soportando la presión que sentía. Entonces vi que había otros hermanos que estaban cerca de mí que también los policías les estaban dando golpes, pateándolos, echándoles gas y les gritaban ‘ya no nos hagan eso, por favor, ya no nos haga esto; nosotros no estamos haciendo nada para que vengan y nos ataquen de esa forma’. Me decían que me calle y me taparon la boca; primero me taparon con su mano, pero casi me asfixiaron. Después me dieron unas tres vueltas de diurex sobre mi boca, yo ahí me sentí impotente sin poder hacer nada, ni hablar nada, yo pensé que era sólo yo como dirigente que me sentía torturada, pero había muchos más de los hermanos marchistas que ya estaban torturados, asfixiándolos. Había muchas mujeres. (...) me arrastraron a la patrulla, ahí estaba amarrada, mis manos, mi boca estaba atada”. (Tomado de la red PAT).

Nuestros Financiadores