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La Defensoría ve que por ahora no es posible prohibir el trabajo infantil


2013-06-12
La Razón

Llamó a aprobar normas y políticas públicas para enfrentar y desterrar la explotación infantil en el país, así como crear un seguro de salud, alimentación y educación para los niños, niñas, adolescentes de la calle.

La Defensoría del Pueblo advirtió hoy que por ahora no es posible prohibir el trabajo infantil y adolescente en el país porque no hay condiciones que garanticen la aplicación de una medida de esas características, por lo que exhortó a la aprobación de normas jurídicas y políticas públicas para enfrentar y desterrar la explotación de menores. En el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, la Defensoría consideró que el trabajo de niños y adolescentes es una de las peores consecuencias de la pobreza y la inequidad. "Consideramos que no es posible, por ahora, la prohibición total del trabajo infantil y adolescente, sin haber creado las condiciones mínimas que les garanticen que una medida de esa naturaleza pueda ser aplicable sin generarles un mal mayor”, señaló la Defensoría en un comunicado de prensa. Llamó a aprobar normas y políticas públicas para enfrentar y desterrar la explotación infantil en el país, así como crear un seguro de salud, alimentación y educación para los niños, niñas, adolescentes de la calle. Además de fortalecer instituciones como las defensorías de la niñez a nivel nacional. La Organización Mundial de Trabajo (OIT) informó que al menos 10,5 millones de niños trabajan en el mundo dentro del servicio doméstico. Casi tres cuartos de esta cantidad de trabajadores son niñas y 6,5 millones tienen entre 5 y 14 años. “Es un tema urgente que merece medidas urgentes y así debe ser encarado”, advirtió la institución que aclara que el no hacerlo sólo profundizará la vulneración de los derechos de los niños y adolescentes como a la educación, al normal desarrollo sicosocial, a la salud, a la protección y otros. Lamentó también la distorsión del ‘sano hábito’ de promover la participación de los menores en labores de la casa o en las actividades de los padres, que tienen el objetivo de inculcar solidaridad, responsabilidad y disciplina, pero que se ha convertido en una “forma sistemática de explotación parecida, en muchos casos a la esclavitud”. Según la Defensoría no hacen falta estudios profundos para evidenciar en las ciudades del país la gran cantidad de niños y adolescentes que trabajan en condiciones infrahumanas, con horarios de hasta doce horas por día y con remuneraciones de miseria en comercios; servicios de limpieza; cuidando a otros niños o adultos mayores y enfermos; recolectando basura; en el transporte público; en situación de mendicidad; lustrando calzados; cuidando automóviles; e incluso, en actividades de alto riesgo como la minería, la zafra o la construcción, ante la indiferencia del Estado y de la propia sociedad. “El tema del trabajo infantil ha sido ampliamente debatido aunque no ha pasado del estado de visibilización, análisis y reflexión. Desde la Defensoría del Pueblo, lo asumimos como un tema que no puede ser dilatado por más tiempo debido a su gravedad y crecimiento”, recalcó.

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