La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, advirtió a la politóloga y militante del Frente Amplio, Jimena Costa, con aplicar la Ley Antirracismo después que la exanalista dijera que el voto en el exterior no debería aplicarse si no se efectúa, además, para elegir a legisladores nacionales.

Según expuso la autoridad, ésa es una declaración discriminatoria y, por tanto, en primera instancia como exige la Ley 045 “debe pedir perdón”. La politóloga dijo que el voto de los residentes en el extranjero tergiversará los resultados en los comicios 2014, porque su representatividad debiera pasar por la elección de diputados y no a los mandatarios del país. “El Gobierno boliviano considera que este pedido es atentatorio contra la Constitución Política del Estado y refleja una opinión y una visión discriminatoria respectos a los ciudadanos y miles de familias, que son cerca de 600.000 familias, que pueden votar en estas elecciones”, declaró Dávila. La ministra señaló que “en primera instancia está pedir disculpas” y luego, en caso de no hacerlo, derivar el caso a la justicia, además del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que debería asumir medidas contra el partido político respectivo, sea UN o el Frente Amplio por “boicotear” los comicios generales. En la línea de los medios progubernamentales, la autoridad recordó que Costa “fue racista” cuando dijo “no vayamos a votar como guanacos”, hecho que calificó además como “una campaña subestimadora, discriminadora, una campaña que intenta mostrar a las bases sociales como animales comparándonos con aquellos adjetivos tan crudos, tan terribles y tan inaceptables”. EL DIARIO trató de comunicarse con la exanalista, pero no respondió al llamado. Sin embargo, el vocero de Unidad Nacional (UN), Arturo Murillo, apuntó que este accionar del Gobierno sólo denota la intolerancia y persecución que se vive en el país. “Las amenazas de la ministra Dávila nos tienen sin cuidado, pero acá lo riesgoso es que cada vez se puede opinar menos en el país y eso significa intolerancia”, dijo. Para Murillo el discurso de “racismo y discriminación” del Gobierno es recurrente y empleado como un arma política contra la oposición, pero no sólo política sino de cualquier organización e incluso dentro del propio régimen, cuando se amenaza y persigue a los “libre pensantes”. “Es el Gobierno el que discrimina y persigue y lo hace inclusive con sus propios militares, con su propia gente, porque les dice que no son libre pensantes, pero eso es lo que hacen y lo van a seguir haciendo”, acotó Murillo. En tal sentido, también recordó que la oposición vive discriminación en varios ámbitos del Estado, incluyendo la cobertura en los medios de comunicación estatales manejados por el Gobierno o aquellos comprados por afines al régimen donde se discrimina la voz de los contrarios al gobierno de Evo Morales, de quien “Dávila es su voz y su vocera”. Otro “amenazado” por el Gobierno fue Juan del Granado, quien dijo que el actual presidente Evo Morales “es inquilino de Palacio” y por tanto “debe alistar sus maletas”. Esas advertencias sobre “racismo y discriminación” manifestadas desde las dirigencias de las organizaciones sociales y la propia Dávila aún no fueron hechas efectivas.