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Infanticidio y torturas sacuden a Santa Cruz


2015-07-01
www.la-razon.com
La Razón

Un infanticidio se produjo en Cotoca, padrastro mató a golpes a niño de 3 años

Un infante de tres años golpeado hasta morir por su padrastro en Cotoca, crimen encubierto por la madre, y una niña de seis años torturada por su madrastra y su progenitor en Yapacaní sacudieron a esos municipios cruceños. En el primer caso, el niño era víctima de constante maltrato. El fin de semana se produjo la golpiza que le llevó a la tumba. El esposo de su madre le flageló hasta que quedó inconsciente.

“El menor tiene golpes en todo el cuerpo y falleció por falta de atención médica, que no fue oportuna. La madre será procesada por la justicia porque ha sido encubridora en este hecho, ya que permitía que existan estas lesiones”, informó el fiscal a cargo del caso Renzo Estévez. Según el reporte policial, la madre hospitalizó al menor, pero lamentablemente éste falleció.

El sujeto fue imputado por el infanticidio, que tiene una pena de 30 años de prisión sin derecho a indulto, e iba a ser puesto a disposición de un juez cautelar. Cotoca, situado a 30,6 kilómetros (km) de Santa Cruz de la Sierra, contaba con 45.500 habitantes, según el Censo 2012.

Tortura. El lunes, por otra parte, se hizo público el infierno en el que vivió Yelime S. C., de seis años, brutalmente torturada por su madrastra y su progenitor, quienes viven en Yapacaní, municipio que cuenta con casi 10.000 pobladores y se halla a 124 km de esa capital.

La pequeña, rescatada por la Policía, está hospitalizada. El forense le dio 120 días de impedimento y necesita ser intervenida quirúrgicamente para retirarle del cuerpo una aguja que le clavaron para martirizarla.

Vladimir S. S. y Bety V. H. fueron imputados por los delitos de lesiones graves y leves y maltrato infantil. De acuerdo con el reporte policial, la nena era golpeada con un martillo por su padre “porque no realizaba los quehaceres de la casa”. Debido al brutal castigo perdió las uñas de varios dedos (no precisa cuántos).

Bety V. H. le echaba agua hervida en los pies. Los canales de televisión mostraron sus plantas cubiertas de cicatrices. También le clavaban agujas y una se quedó incrustada en su cuerpo. Además, presenta una desnutrición severa, se hallaba cubierta de piojos ya que dormía en el suelo y no iba a la escuela.

“Se le va a hacer una intervención especial, toda vez que tiene incrustada una aguja y en Yapacaní no se puede practicar esta operación. Ella está delicada, se descompensó y no está en condiciones de soportar una cirugía, no puede ni caminar, su estado de salud es muy crítico”, dijo la fiscal María Esther Flores. La niña fue trasladada ayer a Santa Cruz de la Sierra y fue internada en el Hospital Japonés.

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