Reformas

Ley de Consulta


2012-02-29

El periodico Cambio dedica su editorial a la próxima consulta sobre el TIPNIS, la que considera ha generado injustificadas suceptibilidades cuando lo que busca son acuerdos y romper la cerrada intangibilidad que hace intocable al TIPNIS

La consulta sobre el Tipnis Editorial No se justifican las susceptibilidades sobre la consulta que debe buscar soluciones de consenso para la región. El proyecto de ley para la consulta sobre el futuro del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) ha motivado una serie de injustificadas susceptibilidades en algunos sectores políticos y organizaciones indígenas que se oponen a la construcción de una carretera que incorporará al desarrollo a los pobladores de esa región. Con el fin de lograr acuerdos se ha planteado la realización de una consulta, que es un derecho ciudadano enmarcado en la Constitución Política del Estado y cuya norma es analizada por el Órgano Legislativo Plurinacional en todas sus instancias. Es importante dejar establecido que la consulta es un derecho adquirido por el pueblo para la toma de decisiones sobre su desarrollo y no significa un referéndum, ni se trata de una elección con un voto individual de los ciudadanos, sino de una decisión colectiva en la que las comunidades que habitan el Tipnis fijen sus posiciones y adopten sus determinaciones en base al diálogo, por lo que el asunto está lejos de ser una fuente de conflicto, como señalan los detractores de este procedimiento democrático. De ser aprobada la ley, la consulta se producirá en sujeción a los mandatos de la Carta Magna para cerrar una página negra de olvido y aislamiento a los que fueron sometidas las comunidades del Tipnis en el pasado. El Gobierno ha encaminado políticas de inclusión de todos los ciudadanos de Bolivia con la plenitud de sus derechos constitucionales. Un caso más cercano es que no se ha consultado en 2011 a los pobladores del Tipnis sobre la aprobación de la denominada ley corta tras una marcha realizada a La Paz dirigida por la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente (Cidob), algunos de cuyos dirigentes no son propiamente habitantes de esta región y parque nacional. La ley corta aprobada entonces por el Legislativo bajo presión de los marchistas de la Cidob incorporó el término de intangibilidad del Tipnis, es decir que sea intocable y preservado para que en su seno no se desarrollen actividades que supuestamente atenten contra la naturaleza. Sin embargo, al poco tiempo de ser aprobada esa ley se conoció que el Tipnis no era un territorio virgen y preservado porque en su interior operaban empresas turísticas y, peor aún, madereras con aserraderos móviles que explotaban ilegalmente los recursos forestales y con la aprobación de algunos sectores dirigenciales de la Cidob a cambio del pago de dinero. De esa manera quedó en evidencia que la defensa de la intangibilidad del Tipnis que defienden esos sectores no era precisamente para preservar el medio ambiente y los recursos naturales, sino para proteger las actividades de entidades ilegales que operaban bajo la mirada complaciente de algunos de los pobladores, quienes tampoco vieron una mejora de su calidad de vida. Parecería que esa intangibilidad tenía como propósito mantener un statu quo que no contribuya en nada al desarrollo. El presidente Evo Morales manifestó que la realidad de los hechos mostró que más allá de un debate entre los desarrollistas y ecologistas sobre el Tipnis se vio la necesidad de incorporar consideraciones sobre la pobreza e indefensión en la que vive la mayoría de los pobladores de las 63 comunidades que habitan esta región para buscar soluciones. El mandatario visitó la zona donde comprobó las condiciones en las que viven sus pobladores, que no tienen sistemas de educación, salud y de vinculación vial. Los pobladores exigieron una flexibilización de esa ley en base al consenso para romper la cerrada intangibilidad.

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