Reformas

Mujeres en la política


2014-08-03
www.la-razon.com

Una mayor presencia femenina en la política no siempre significa una mayor incidencia

No cabe duda que la participación de las mujeres bolivianas en la política ha tenido un incremento considerable en los últimos años; empero, esa participación no necesariamente significa que éstas sean las que toman las decisiones. Al mismo tiempo, es evidente que la sociedad ya reconoce no solo la importancia de la participación femenina, sino que además la alienta. En efecto, en el último tiempo se ha desatado un saludable debate público acerca de la participación femenina en la política, pero sobre todo respecto de la efectividad de esta participación. Lo que resalta de un reciente encuentro en el que se habló de esta materia es que al constatarse que una mayor presencia física de las mujeres en espacios políticos no necesariamente significa una mayor incidencia, el reto para ellas es transformar esa realidad, lo cual significa hacer frente y vencer a una muy arraigada cultura patriarcal. A favor de este proceso puede citarse la predisposición de la sociedad, según se constata al revisar los resultados de la más reciente encuesta publicada por La Razón, en la que se aprecia que el 42% de las personas encuestadas estaría dispuesto a votar por una mujer para representante en la Asamblea Legislativa, frente a 37% que lo haría por un varón y 21% que se declara indeciso. Hay más: el 57% de las personas encuestadas considera que las mujeres son “mejores para luchar contra la corrupción”, frente a un 25,5% que tiene esa opinión de los varones; el 69% piensa que la mujer “es mejor siendo una persona menos abusiva”, frente a un 18% que opina así de los varones; finalmente, en el extremo opuesto, el 30% piensa que las mujeres tienen “mayor capacidad para hacer leyes”, pero el 45% tiene esa idea de los hombres. En todo caso, debe considerarse que todas esas opiniones responden claramente a una concepción sexista, pues es evidente que ni la inclinación para ser más o menos corrupto, o más o menos abusivo, o mejor legislador, dependen del género de la persona, lo cual aporta un elemento más a ser tomado en cuenta por las mujeres (y, ciertamente, los hombres) a la hora de transformar la acción política. Con todo, el hecho de que el 52% de las candidaturas a las elecciones de octubre próximo sea de mujeres, y que de un total de 753 candidatas, 382 sean titulares y no suplentes, da para esperar un mayor avance de ellas en el sistema político, lo que, nuevamente, implica el reto de ser capaces de sobreponerse a los prejuicios sexistas y las barreras que los líderes machistas intenten ponerles en su camino. Desde el lado de la sociedad, corresponderá, por una parte, darles el mayor apoyo posible, y en esa misma medida exigirles resultados, no solo en asuntos tradicionalmente asociados con las mujeres (incluyendo asuntos polémicos como el aborto), sino en todos y cada uno de los aspectos de la vida común.

Nuestros Financiadores