Reformas

Niñez en la calle


2014-12-19
www.eldiario.net
El Diario

En la década de los años 80, una gran sequía en la parte altiplánica del departamento de Potosí dejó sin agua ni alimentos a las comunidades indígenas que no sólo sufrieron hambre y la inclemencia del tiempo, sino que la monstruosa sequía mató aves y animales domésticos.

A raíz de aquel fenómeno, los pobladores nativos de Potosí, en una especie de diáspora, salieron de sus tierras y tomaron las calles de las principales ciudades bolivianas, pidiendo limosna, consiguiendo algo de alimentos y ropa.

 

Vituallas que en gran parte llevaban de retorno a sus comunidades como un tesoro, conseguido con mucho sacrificio de sol a sol.

 

Han pasado más de tres décadas de la gran sequía y los campesinos de Potosí, continúan marchando en caravana hacia las ciudades, mientras los varones jóvenes y adultos se quedan a cuidar y labrar la tierra.

 

En algo, esta migración se ha convertido en costumbre pero, sobre todo, la presencia de mujeres y niños de ambos sexos va mucho más allá de pedir limosna.

 

Es la lucha amarga por la sobrevivencia de pueblos que aún viven en la difusa línea de la extrema pobreza y la miseria.

 

Familias y pueblos abandonados por el Estado de ayer y de hoy. Potosí está en las calles citadinas, mostrando su bellísimo ropaje pero tras esta exquisita artesanía del tejido, late un cuerpo lastimado por la ausencia de políticas sociales, tanto en la Gobernación potosina como en el propio Estado boliviano que, valoran el patrimonio del Cerro Rico pero que desvalorizan a estas familias y niños al no cambiar de verdad, su destino.

En la foto, una muchacha potosina, de hermosa vestimenta, pasea su desvalida niñez en una calle céntrica de nuestra Ciudad Maravillosa. Realmente, Potosí está en la calle.

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