Reformas

Niños trabajando


2015-04-12
www.la-razon.com
La Razón

El trabajo infantil es una lamentable realidad a la que no se evita solo con prohibirla

El estudio sobre trabajo doméstico de niños, niñas y adolescentes en hogares de terceros, realizado por la UMSA, con el apoyo del Ministerio de Trabajo, Unicef y otras instituciones explora la realidad de las y los menores de edad que trabajan en el contexto doméstico y en qué condiciones ocurre. Para el efecto, se realizó una encuesta a 1.900 niñas, niños y adolescentes de 100 municipios de La Paz, El Alto, Cochabamba, Sucre y Santa Cruz, según informó el técnico de la Unidad de Derechos Fundamentales del Ministerio de Trabajo.

De acuerdo con la encuesta, el 80% de los menores indicó haber iniciado el trabajo entre los 10 y 15 años. La Ley 548, Código del Niño, Niña y Adolescente, señala que la edad mínima para trabajar es de 14 años. El Ministro de Trabajo expresó preocupación por “la situación de niños que están trabajando de 8 a 12 años”. En el conjunto de la muestra estudiada, la investigación de la UMSA descubrió que el rango de edad de niñas y niños trabajando va desde los 7 hasta los 17 años.

Las principales conclusiones muestran que las y los niños trabajan en hogares de terceros un promedio de 13 horas al día, habitualmente entre las 06.00 y las 19.00, probablemente impidiendo el acceso a la educación escolar a la mayoría de ellos. Al respecto, el citado Código señala que las excepciones hechas al trabajo infantil no pueden impedir que niñas y niños accedan a sus derechos, entre ellos a la salud y la educación.

Dichas excepciones señalan que niñas y niños pueden desarrollar trabajo doméstico por cuenta propia a partir de los diez años y por cuenta ajena desde los 12. En cualquier caso debería contarse con un permiso especial otorgado por las defensorías de la niñez y adolescencia en cada municipio. Este diario supo que desde que entró en vigencia la norma, solo tres solicitudes de licencia se han producido en La Paz.

Esta disposición, que ha resultado polémica para muchas instituciones comenzando por Unicef, y que es fruto de las luchas de las organizaciones de niños trabajadores, revela, pues, que el trabajo infantil es una realidad a la que no se evita con solamente prohibirla, aunque estudios como el que se comenta siquiera sirven de monitoreo para evitar los peores extremos.

En el Día del Niño en Bolivia urge, una vez más, preguntarse por qué todavía hay tantos niños y niñas que se ven forzados a trabajar, y qué están haciendo mal o de manera insuficiente las instituciones, comenzando por el Estado, para remediar esta trágica circunstancia.

Nuestros Financiadores