Reformas

Trasplante de órganos


2015-06-17
www.la-razon.com
La Razón

Los recursos que se destinan al área de salud deben ser manejados con transparencia y eficiencia

Según advierte el último reportaje de Informe La Razón, publicado el lunes, el futuro de la mayoría de las personas que necesitan el trasplante de un órgano en el país, ora para mejorar su calidad de vida, ora para seguir con vida, no es muy alentador, pues primero deben sortear al menos tres complejas trabas, siendo la escasez de órganos la más difícil de todas ellas.

En efecto, de acuerdo con los pacientes y especialistas consultados, en Bolivia es muy difícil cubrir esta necesidad por la falta de donantes, por la negativa de los familiares de ceder (gratuitamente) partes del cuerpo de su ser querido incluso si éste en vida dispuso que así sea, y por la inexistencia de bancos de tejidos y células que permita conservarlos luego de que éstos han sido extraídos. Si a esta escasez se le añade el elevado costo en este tipo de intervenciones quirúrgicas, que en algunos casos puede sobrepasar los $us 30.000; y la falta de coordinación entre los nosocomios y otras instituciones del rubro a la hora de promover oportunamente la atención médica, la situación ciertamente se pone color de hormiga para todos aquellos que necesitan el trasplante de un órgano.

Ahora bien, la solución de los dos últimos problemas antes señalados pasa por promover una efectiva reforma del sistema nacional de salud, de tal manera que existan postas, clínicas, hospitales y seguros que estén al alcance de toda la población, y que a la vez ofrezcan una atención de calidad, que cubra desde los medicamentos hasta los trasplantes. Para lograr un sistema de este tipo, que hoy por hoy parece una utopía, urge trabajar para que los actuales recursos que se destinan al área de salud sean manejados con transparencia, eficiencia y efectividad, por medio de instituciones sólidas donde la honestidad y la meritocracia no sean la excepción, sino la norma.

En cuanto a la escasez de órganos, no sobra recordar que el número de donantes es mucho menor en países como en Bolivia donde para donar uno debe manifestar su voluntad expresa en un formulario. En cambio se incrementa significativamente allí donde se presume lo contrario; es decir, aquel que no desea donar tiene que declararlo expresamente. De allí la importancia de promover una norma en tal sentido, para que todo adulto que no se haya opuesto a ser donante pueda ser considerado como tal cuando fallezca.

Adicionalmente, la experiencia internacional indica que presumir el consentimiento no es suficiente para garantizar el número de donaciones efectivas. Además de mejorar la infraestructura de trasplantes que permite que las donaciones se hagan efectivas, hacen falta campañas educativas que concienticen a la población sobre la importancia de las donaciones y sobre quienes pueden ser donantes; por ejemplo, hay gente que piensa que solo los jóvenes pueden ser donantes, cuando en otros países casi la mitad de ellos tiene más de 50 años.

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