Reformas

Una ley de culturas


2015-11-17
www.paginasiete.bo
Página Siete

"Aquí versa un mañana” es parte de una canción interpretada por el dúo Negro y Blanco que se escuchó en el teatro de la plaza Libertad de la ciudad de Sucre, en ocasión de inaugurarse el Primer Congreso de Culturas, durante los últimos días de octubre, al que asistieron más de 300 cultores del arte en Bolivia.

Y, seguramente, todo lo tratado en el citado congreso de las culturas en movimiento irá a llenar el vacío en el que nos encontramos, con información y propuestas emanadas de discusiones, y propuestas después del tratamiento por temas en seis mesas, con la ilusión de que probablemente pueda  dictarse una ley de culturas que favorezca a las y los artistas de todas las expresiones culturales del país.
En estas loables circunstancias de iniciativa y participación ciudadana, se ha visto que el Gobierno boliviano no tiene claramente visibilizada y estructurada una política de culturas que beneficie con normas, patrocinadas desde el Estado, a todas las manifestaciones culturales, con presupuestos económicos que vengan desde la entidad central, departamental y municipal.
Ante  la falta de visibilidad y una real sensibilidad por las manifestaciones culturales, el Gobierno posiblemente  aprovechará  la situación, en su demagogia política, para dictar esta ley de culturas. Sin embargo, los verdaderos actores precisan ser mencionados ya que la ley fue tratada y discutida en las propuestas realizadas por ellos mismos.
Un participante, en su manifestación protocolar frente al auditorio, criticó la miopía gubernamental en materia cultural y dijo: "Evo es un futbolista fracasado, habríamos preferido que se dedique al charango”, que significaría darse cuenta de la verdadera riqueza cultural de Bolivia. Lo cual arrancó risas de la gente presente, que, sin duda, nos ayuda a reflexionar sobre la temática.
Se hace entonces necesario expresar todo los esfuerzos que hacen las organizaciones de artistas asociados independientemente. Por su parte, Telartes, una organización de la sociedad civil, que protagonizó este evento, pretende ser la plataforma de todos los artistas con ansias de unidad, desafiando vientos contrarios por la falta de comprensión y olvido de los que hoy gobiernan el país ante los gestores y actores de la verdadera cultura.
Una ley de culturas profundiza y aumenta la capacidad creativa de las culturas. No es cuestión de darles plata a los folkloristas, ahí no queda la cultura, porque qué pasa con los artistas de los diversos rubros, donde se abarca con sentido estético el arte. La participación de las y los jóvenes bolivianos también es olvidada por los gobernantes de turno, la cultura requiere de apoyo efectivo para su realidad concreta y expresiva.
Para terminar este breve artículo: una expresión cultural que no está basada en los principios de manifestación revolucionaria no es para nada cultura. Ley de Culturas ¡ya!

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