Reformas

¿Por qué necesitan los trans carnés a su imagen y semejanza?


2016-05-30
www.comunidad.org.bo
Comunidad de Derechos Humanos

La Ley de Identidad de Género es considerada como un avance por las personas trans. Les permitirá realizar trámites y ser reconocidos en todas las instituciones públicas. Los trámites pueden empezar en tres meses en el Servicio de Registro Cívico (Sereci)

JAVIER MÉNDEZ VEDIA
jmendez@eldeber.com.bo
29/05/2016
13:00

El sufrimiento que hace 31 años empezó para Vanina no se borrará con ley de Identidad de Género, que se aprobó hace ocho días. Vanina se llamaba Lucas porque el calendario Bristol indicaba que el día de su nacimiento estaba consagrado a ese santo. Aunque entre sus piernas hay una realidad biológica que quizá diga lo contrario, en su cerebro jamás sintió que fuera un hombre. Lo supo desde muy temprano. Cada célula de su cuerpo le decía que era una mujer, pero la sociedad y la ley no la reconocían. 

A los siete años sintió la primera inocente preferencia por alguien que, en apariencia, era de su mismo sexo. “Oye, yo siento que amo a Richard”, le dijo cándidamente a su hermana mayor, y la respuesta fue una paliza que la silenció durante mucho tiempo. El amor, para ella, era algo que debía callarse y esconderse. 

Su hermano, a patadas, la obligaba a ‘caminar bien’ cuando veía el contoneo femenino de Lucas. “Yo sentía que caminaba normal”. Su padre apareció en su vida para hostigarla. A los 15 años la envió al cuartel (“Fue un tiempo de abusos y humillaciones que no quiero recordar”). Un compañero de colegio que se convirtió en su pareja también se presentó al cuartel para acompañar a la delicada Vanina, temporalmente rapada y convertida en el soldado Lobo. 

Extraño de pelo corto
Ahora, la nueva Ley de Identidad de Género permitirá que ese extraño de pelo corto, llamado soldado Lobo, desaparezca oficialmente y surja Vanina, para todos los efectos legales. O casi todos. 

Vanina es una transgénero femenina. En cambio, Javier es un transgénero masculino. El nombre con el que llegó al mundo era Consuelo. A los tres años sintió que era un varón y a los 13 se lo contó a su padre. Hace un tiempo pidió a una endocrinóloga que le realizara un tratamiento hormonal, pero finalmente la profesional puso excusas. Como Javier es médico, diseñó su propio tratamiento. Está impaciente por empezar el trámite para dejar atrás a Consuelo y convertirse legalmente en Javier. 

Para estas personas se hizo la ley. No es una ley para gais. No es una ley para lesbianas. No es una ley para bisexuales. Es una ley para transgénero y transexuales. Es para garantizar la identidad de género de quienes tienen en su carné una foto que no corresponde a la imagen de su identidad. 

Oraciones contra la ley
El día martes 24 de mayo, Día contra el Racismo y toda forma de Discriminación, en la plaza 24 de Septiembre coincidieron un grupo de evangélicos que se opone a la Ley de Identidad de Género y otro de activistas trans, gais, lesbianas y bisexuales. Mientras un grupo oraba y repetía fervorosamente, con los ojos cerrados y las manos levantadas “varón y hembra, Señor” y “te pedimos por la familia boliviana”, el otro explicaba en conferencia de prensa que el nuevo cuerpo legal solo se limita a las personas transexuales y transgénero. “Hay compañeras con senos y con reasignaciones de sexo que son mujeres a simple vista, y su documento de identidad no tiene coherencia con su apariencia”, explica Vanina Lobo. 

Eso les impedía, por ejemplo, cobrar un cheque en una institución bancaria. Cuando el encargado de caja veía que la foto del carné mostraba a un varón, pero quien quería recoger el dinero era una persona de pelo largo, rímel y sombra de ojos, el trámite se interrumpía. No había coherencia entre la foto del carné y la apariencia de la dueña del documento. 

Si la persona que cambiará su identidad de género tenía un préstamo, seguirá pagándolo con su nuevo nombre; si tiene hijos, la autoridad parental y las autorizaciones de viaje se seguirán ejerciendo; si está divorciada, seguirá ocupándose de sus niños y pagando pensiones. 

¿Podrán casarse?
Víctor Palma, de la Asociación Cristiana Evangélica, no está de acuerdo con esta ley. Convocó a una concentración para mostrar su rechazo. 

En la manifestación, las pancartas citaban el versículo 27 del primer capítulo de Génesis: “Y creó Dios al hombre a su imagen (…) Varón y hembra los creó”. Palma argumenta que la Constitución no dice que dos hombres o dos mujeres puedan casarse, pero que con la Ley de Identidad de Género, con un carné de identidad y un certificado de nacimiento, serán oficialmente reconocidos como hombre o mujer y quedarán habilitados para solicitar matrimonio. “Al gozar de todos los derechos, tememos que se casen y que después soliciten hijos como cualquier hogar. Eso atenta contra la familia. Por eso hicimos una concentración”. 

Los grupos religiosos también piden que los legisladores tengan en cuenta los mandatos de Dios para crear leyes y que, además, se les consulte al redactarlas. En este caso, se sienten discriminados porque no se les consultó. 

Los activistas replican que para ejercer los derechos humanos no se consulta. Alex Bernabé, director de la Fundación Igualdad, argumenta que Bolivia no es un Estado confesional, por lo tanto, no tiene una religión oficial como ocurre en gran parte del mundo musulmán, donde las leyes derivan del Corán para toda la población. “La ley que nos rige es la Constitución Política del Estado, y ahí hay un fundamento legal: en el artículo 14 se reconoce la identidad de género. 

También sanciona toda forma de discriminación por diferencia de sexo, edad, orientación sexual o identidad de género”. 

Bernabé asegura que en términos legales y en el contexto de los derechos humanos, considerando los tratados internacionales que Bolivia ha firmado y la ley Contra el Racismo y toda forma de Discriminación, no existen argumentos para frenar esta nueva normativa. Los movimientos GLBT (gais, lesbianas, bisexuales y trans), dice el activista, “están en sintonía con la ley”. La senadora del MAS, Adriana Salvatierra, aclara que el matrimonio, según el artículo 63 la Constitución, se realiza entre un hombre y una mujer. Esta ley no habilita el matrimonio entre personas del mismo sexo”. 

Ahora, los trámites
Javier Morón ya está reuniendo los papeles para enterrar a Consuelo. Empezará con una carta en la que escribirá cómo se llamaba y cómo se debe llamar. 

La presentará en el Servicio de Registro Cívico (Sereci). Habrá un examen sicológico, una foto actual de la nueva identidad y cinco documentos más, como el certificado de nacimiento original, el de libertad de estado civil y la certificación de datos del Servicio General de Identificación Personal (Segip). Cuando el Sereci emita su resolución, notificará a 14 instituciones del sistema boliviano: Derechos Reales, al sistema financiero, al sistema de salud, a los ministerios de Educación y Defensa. Así, Javier y Vanina tendrán por fin un documento a su imagen y semejanza

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