Reformas

Una alimentación sana para todos


2019-10-22
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La Razón

El Estado Plurinacional de Bolivia cuenta con políticas y normas de avanzada para proporcionar una alimentación más sana y sostenible a la población.

La Razón (Edición Impresa) / Theodor Friedrich

02:47 / 21 de octubre de 2019

Durante décadas, el mundo progresó en la lucha contra el hambre; sin embargo, hoy el número de personas subalimentadas está aumentando y los datos nos exigen acciones desde todos los ámbitos, porque aproximadamente una de cada nueve personas padecen hambre en el mundo.

Son tiempos en que nuestras dietas y hábitos alimenticios han cambiado como resultado de la globalización, la urbanización y el aumento de los ingresos. Hemos cambiado nuestros alimentos ancestrales por dietas hipercalóricas, con alto contenido de almidones refinados, azúcar, grasas, sal, conservantes y carne. Dedicamos menos tiempo a preparar comidas en casa y, sobre todo en las ciudades, dependemos cada vez más de supermercados, establecimientos de comida rápida y vendedores callejeros de alimentos. En gran parte del mundo garantizar la disponibilidad y el acceso a una alimentación sana es un desafío.

Las dietas poco saludables se han convertido en un factor muy alto de riesgo de enfermedad y muerte en todo el mundo. El consumo de alimentos poco saludables, combinado con estilos de vida sedentarios, han superado al hábito de fumar como el factor de riesgo principal de discapacidad y muerte en el mundo: más de 672 millones de adultos y 124 millones de niñas y niños son obesos.

Miles de millones de personas carecen de los nutrientes que sus cuerpos necesitan para llevar una vida sana y activa. Pero, a la vez, la mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad matan a más personas que el hambre. Estamos, por tanto, frente a la imperiosa necesidad de hacer que una alimentación sana y sostenible sea asequible y accesible para todos. Esta es una realidad que debe ser encarada desde distintos ángulos, ya que el daño ambiental y la explotación de los recursos naturales ocasionada por el sistema alimentario está aumentando de forma no sostenible, debido al mayor consumo de alimentos procesados, carne y productos de origen animal.

Vivimos momentos en que el agronegocio, que busca ganancias rápidas, y el cambio climático amenazan con reducir la calidad y la cantidad de los cultivos, disminuyendo las cosechas y la producción en el largo plazo. El aumento de las temperaturas, junto con un cambio de patrones de lluvia, también está exacerbando la escasez de agua, cambiando la relación entre plagas, plantas y patógenos, con afectaciones en cultivos y alimentos.

En este escenario, en el Día Mundial de la Alimentación, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hace un llamado para abordar de manera conjunta la malnutrición desde sus raíces. Alcanzar el hambre cero en 2030 (uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible) no es solo alimentar a las personas hambrientas, sino también nutrir a la población de forma sostenible, cuidando el planeta, considerando a las futuras generaciones.

Convocamos a todos a contribuir a la adopción de prácticas de producción alimentaria favorables a la nutrición, que se centren menos en variedades de alto rendimiento y demanda en mercados agroindustriales; y más en la diversidad y en la calidad nutricional para el beneficio del consumidor.

El Estado Plurinacional de Bolivia cuenta con políticas y normas de avanzada para proporcionar una alimentación más sana y sostenible a la población. Estas políticas deberían ayudar a diversificar la producción y contribuir a sistemas alimentarios sostenibles con prácticas urgentes como la agricultura de conservación, además de orientar las intervenciones tales como la alimentación escolar, la educación nutricional, los subsidios, la compra institucional de alimentos y la normativa sobre comercialización, etiquetado y publicidad de los alimentos.

Bolivia tiene el desafío, la oportunidad y los recursos para producir una gama diversa de alimentos nutritivos, culturalmente valiosos e inocuos, en cantidades adecuadas para cumplir con las necesidades de la población de manera sostenible y soberana. Esto tendrá un efecto positivo en nuestra salud, en nuestra biodiversidad y sostenibilidad ambiental, y reducirá los riesgos de salud pública.

Nuestro compromiso es contribuir para que el país no deje pasar la oportunidad única y temporal de avanzar en la consecución de las metas relacionadas con la nutrición de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de fortalecer la labor conjunta y aportar para que todas las personas, en todo momento y de todas las edades, tengan acceso a dietas asequibles, diversificadas, inocuas y saludables. Porque nuestras acciones son nuestro futuro, urge una alimentación sana para un mundo, con hambre cero.

* Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Bolivia.

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